Democracy. In Balance

/ Cemento y escalera de madera / 180 x 90 x 60 cm / 2016 /

Si hablamos de democracia, parece existir acuerdo en que nos referimos a una doctrina política o sistema de gobierno donde la soberanía reside en el pueblo, que ejerce su poder directamente o por medio de representantes. Pero esa democracia pura, desempeñada por los ciudadanos, tal como se pensaba en Atenas, parece no ser viable en nuestro tiempo.Tal vez se deba a la complejidad del Estado, que adopta formas representativas donde son ciertos agentes los elegidos por el pueblo para ejercer la soberanía en nombre de todos.

Este modelo, con todas sus variantes o matices no llega a ser e ciente ya que, en lugar de velar por el interés de todos, acaba adquiriendo una estructura vertical que prioriza los intereses de algunos. Los representantes, para camu ar esta desviación de lo democrático, se convierten en seductores demagogos que juegan con la opinión pública mientras reman en su bene cio. La situación de inestabilidad resultante es lo que hoy llamamos crisis o pobreza creciente de una mayoría frente al engrosamiento de las arcas privadas de ciertos poderosos.

Democracy quiere poner de mani esto una realidad, la de nuestro Estado y tantos otros, que se ven arrastrados hasta una situación crítica debido a una mala práctica de este sistema de gobierno aparentemente justo, una especie de trampa, un callejón sin salida.

Democracy es un proyecto político y poético, pero ante todo ético. Con él queremos mostrar las aquezas de un sistema
que se muestra inamovible y que parece imposible cuestionar.
Un sistema de organización social que no cumple con la justicia y el equilibrio que se le suponen.

¿Es posible otra forma de organización social? ¿Es el ser humano
capaz de ejercer el poder sin abuso? De un modo alegórico planteamos una democracia mermada por una carrera sin n que se ve atrapada en una situación de inestabilidad.

La escultura In Balance se ubica dentro del proyecto Democracy. En ella, un perro muy delgado realizado en cemento nos vigila desde lo alto de una escalera de madera. Una situación precaria de resistencia. En toda huida que se emprende hacia arriba sólo puede esperar un final: la caída. Y cuanto más alto sea el balaustre que nos sostiene más fuerte será el golpe al caer.

La obra quiere resumir la situación política actual. El sueño democrático, que como un perro amenazado, ha emprendido su huida hacia adelante hasta vislumbrar que todo ascenso llega a su fin. En esta situación sólo nos queda mantener el equilibrio para evitar a toda costa la caída.

La figura del perro modelada previamente en arcilla, para elaborar
un molde y, sobre éste, realizar un vaciado en cemento. Este material quiere reflejar la ilusión de seguridad creada a partir del esplendor de la construcción en los años previos a la actual crisis.

Una escalera de madera es el soporte o pedestal de la escultura que viene a representar la idea de un ascenso truncado. Con ello se simboliza el previsible fin de una situación de desarrollo venida a menos.

Vista de la exposición Valencia, Capital Animal. Exposición colectiva. Centro del Carmen Cultura Contemporánea, Valencia. 2017 / 2018.